Élisabeth Jacquet de la Guerre, “la pequeña maravilla”

Élisabeth Jacquet de la Guerre, “la pequeña maravilla”

No por casualidad la apodaron “la pequeña maravilla”. Élisabeth Jacquet de la Guerre, nacida en Paris en marzo de 1665, se convirtió en un nombre propio de la música del barroco francés. A los cinco años de edad, mientras otros niños dedicaban su tiempo a jugar en las calles parisinas, Élisabeth deslumbraba al monarca Luis XIV interpretando un concierto de clave, su instrumento favorito, del que fue una virtuosa intérprete.

Desde entonces, aquella niña prodigio se dedicó de lleno a la música, pasando unos años en la corte de Versalles, dando conciertos, ejerciendo de profesora y componiendo hermosas piezas, algunas de las cuales fueron publicadas en 1687 bajo el nombre de Premier Livre de Piéces de Ariette.

Sobre 1700, el instinto musical de “la pequeña maravilla” se apagó por un tiempo, acosado por los reveses de la vida: un divorcio y la muerte de sus padres y de su hijo, pero en 1707 se aferró de nuevo a las partituras, aunque esta vez retirada de la vida pública hasta su muerte en junio de 1729.

Recordemos una de sus páginas más destacadas, sus Piéces para Clavecin, casi dos horas de sonidos envolventes que nada tienen que envidiar a los de Telemann o Scarlatti.