Francesca Caccini, “el pájaro cantor”

Francesca Caccini, “el pájaro cantor”

Ser la primera mujer en componer una ópera no es cualquier cosa. Por ello, Francesca Caccini, nacida en Florencia, Italia, en 1587, tuvo una enorme relevancia en la música de comienzos del barroco. Y su currículum no es especialmente escueto: cantante, compositora, intérprete de laud, arpa y clave, poetisa y profesora de música.

Ya con trece años destacaba por poseer una voz tan hermosa, que actuó como cantante en la boda de Enrique IV y María de Medici, y fue apodada como “la cecchina” (el pájaro cantor) por Claudio Monteverdi, una de las figuras más importantes de la música de la época.

No mucho después inició su carrera como compositora, escribiendo piezas para la corte de los Medici, donde fue contratada, a sus veinte años, como “la música”, un cargo tan bien remunerado, que superaba al de cualquier hombre o mujer al servicio de aquella poderosa familia. Sus dotes como creadora de bellas partituras le llevó a viajar a numerosas cortes europeas

Francesca falleció en la misma Florencia en 1640 y, lamentablemente, la mayor parte de sus creaciones se han perdido con el paso del tiempo.

De entre el poco material que ha sobrevivido, destacaría dos piezas instrumentales pertenecientes a su obra “Il primo libro delle musiche”, concretamente los movimientos “Ciaccona” y “Romanesca”, dos partituras que, sobrepasando al barroco al que pertenecen, parecen ser tan actuales como si hubieran sido compuestas ayer.