Rose Marie Paz Wells

Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias I.P.R.I.

En el año 1955 se fundó en la capital de Perú, Lima, una organización no lucrativa que a través del tiempo ha dado mucho que hablar: el I.P.R.I. De sus cimientos nació la Misión Rama, liderada por el contactado Sixto Paz, cuyos conceptos sirvieron de inspiración a escritores y ufólogos.

Después de la separación de ambos grupos, y tras la muerte del creador del instituto peruano, D. José Carlos Paz García, es su hija, Rose Marie Paz Wells, la que toma las riendas de la investigación ufológica del I.P.R.I.

En esta nueva huida al país andino, tenía concertada una interesante cita que, ya de por sí, justificaba con creces mi presencia en la capital peruana.

Una vez atravesado el umbral del hotel “Las Palmas”, en el barrio de Miraflores, me encontré de frente con la mirada profunda y penetrante de aquella mujer, Rose Marie Paz.

La habitación 209, una de las escasa suites del edificio, fue testigo de un diálogo que despejaría algunas dudas respecto a un asunto que desde siempre ha invadido mi mente y la de muchos investigadores y profanos: el fenómeno OVNI.

José Manuel Frías –  Sra. Rose Marie, hábleme de la historia y el origen del I.P.R.I…

Rose Marie Paz –  El Instituto se fundó en el año 1955. Por aquella época, había un grupo de personas que conformaban la Sociedad de Astronomía Peruana. Entre esas personas que pertenecían a la organización astronómica, hubo un grupo que se interesó por el fenómeno OVNI. Por ese entonces, el asunto era bastante novedoso.

Quisieron formar un departamento de investigación ufológica, pero dado que recién comenzaba a tratarse los avistamientos acá en Perú y en muchas otras partes, esa materia era considerada un tema tabú, una locura, y mucho peor en una asociación de corte científico como era la sociedad de astronomía.

Entonces fue rechazada la petición, llegando a existir diversos enfrentamientos dentro de la organización. De esa forma, las personas que pertenecían a ella y que se interesaban por el fenómeno OVNI, tuvieron que apartarse y fundar el Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias.

Entre los fundadores estaba mi padre, el Señor José Carlos Paz García. Él fue el presidente de la organización hasta el día de su fallecimiento, en el año 1999.

La orientación que siempre ha tenido este grupo para abordar el tema OVNI, al menos la mayor parte del tiempo, ha sido científica, una ufología de pruebas y evidencias, de los vídeos, las fotos y los análisis químicos.

J.M.F. –  Desde aquella fecha en que se fundó el I.P.R.I., ¿dejo de existir contacto con la Asociación Astronómica?

R.M.P.–  Por muchos años existió un fuerte distanciamiento de la sociedad astronómica peruana, pero hace poco intentamos volver a contactar, y existen muchos proyectos de mutua colaboración para realizar investigaciones juntos.

Ya ha cambiado la postura excesivamente escéptica, y son algo más flexibles. Incluso, uno de los miembros de la sociedad que trabajaba en un canal de televisión muy importante en Perú, tuvo la gentileza de darnos un espacio de dos horas para hacer un especial de OVNIs, que ha sido el más importante que se ha realizado desde que se fundó la televisión de mi país. Llegó a batir récord de audiencias cuando se emitió. Tanto es así, que constantemente lo reponen en televisión.

Como te decía, las posturas radicales han sido modificadas y existe un espíritu diferente.

J.M.F. – ¿Qué misión fundamental se propuso realizar el I.P.R.I. a lo largo de su historia?

R.M.P. –  Estudiar todo lo relacionado con el fenómeno OVNI, avistamientos, contactos, etc…, desde un punto de vista neutral y científico.

Uno de los fundamentales propósitos del instituto, es acercar el fenómeno OVNI a las Universidades, para que ellos pongan a nuestra disposición su infraestructura para realizar nuestras investigaciones.

Por eso necesitamos cuidar mucho nuestro prestigio, y ser muy serios y muy rigurosos para poder lograrlo.

J.M.F. – Dentro del I.P.R.I., ¿hay colaboradores con distintos estudios, y distintas dedicaciones o apartados en los que participar?

R.M.P. –  Hay de todo, y cada uno colabora desde su especialidad en la medida de lo posible.

Ahora, la situación en Perú es un poco difícil, y es complicado dedicar horas para causas no lucrativas. Pero en la medida de lo posible colaboran desinteresadamente.

J.M.F. – Supongo que será difícil realizar investigaciones complejas teniendo que auto-financiarse…

R.M.P. –  Es muy complicado, ya que las investigaciones son bastante costosas. Nosotros procuramos recibir ayudas, a veces intentando que nos ofrezcan equipos o nos realicen análisis. De esa forma salimos adelante.

J.M.F. – ¿En quién recae la dirección del I.P.R.I. una vez que muere su padre, D. José Carlos Paz?

R.M.P. –  Recae en mi persona. Desde el año 1999 que falleció el Sr. Paz yo he sido la presidenta hasta el día de hoy. He asumido la responsabilidad totalmente, y dedico muchas horas al instituto y a su causa.

Por suerte, mi trabajo particular es bastante flexible y me permite emplear tiempo en las investigaciones. Pero todos debemos trabajar en otras cosas, ya que el I.P.R.I. no reporta ninguna ganancia económica.

J.M.F. – Las circunstancias de que estos temas le atraigan, ¿tiene relación con alguna experiencia personal?

R.M.P. –  No. Lo que sucede es que mis dos hermanos y yo hemos crecido en el ambiente del I.P.R.I. Mi padre fundó el instituto cuando nació mi primer hermano, y todos hemos sido criados en la atmósfera de la investigación ufológica. Todas las amistades que entraban y salían de mi casa estaban relacionadas con el tema. En nuestro hogar todo eran libros, revistas, etc…

Como anécdota, te diré que mi padre no nos contaba a la hora de dormir el cuento de caperucita o cenicienta, sino que agarraba los reportes de la NASA y nos narraba los últimos descubrimientos.

Yo creo que ha sido por eso que los tres hermanos nos hemos visto involucrados a nivel personal. Pero mi padre nunca intentó imponernos nada, sino que con el ejemplo de su entusiasmo y su interés por el tema, logró que nos contagiáramos de la ciencia ufológica.

J.M.F. – ¿Ha realizado el IPRI publicaciones, y ha frecuentado los medios de comunicación?

R.M.P. –  Claro, muchísimas veces. Muchas apariciones en televisión, varios reportajes en radio, bastantes artículos publicados, etc… Y muchos viajes al extranjero para realizar congresos internacionales.

Mi padre publicó un libro hace años, y nosotros estamos tratando de reunir el material para editar las conclusiones a las que hemos llegado en 50 años de investigaciones.

J.M.F. – ¿Habéis estudiado casos importantes a nivel internacional?

R.M.P. –  Lo que sucede es que acá en Perú, los medios para investigar son muy limitados. Pero aparte de eso, cuando los casos se dan entre militares, en la aviación, en la marina, etc…, inmediatamente hay una secresía, no se da a conocer, y por lo tanto, no tenemos la oportunidad de acceder a los reportes.

Inmediatamente se establece una conexión con Estados Unidos. Sabemos de un organismo oficial de allá que viene aquí a investigar, y eso hace que inmediatamente se nos aparte del asunto. Es ciertamente utópico pensar que el gobierno va a compartir estas cosas con nosotros.

Pero sabemos que ha habido casos muy importantes. Uno de ellos se publicó en el almanaque mundial. Fue una persecución de OVNIs por parte de la fuerza aérea, y sin embargo ni siquiera se mostró en los periódicos, fue secreto absoluto. Los peruanos lo hemos conocido a través de ese documento que apareció en el almanaque mundial ufológico.

Incluso, nosotros hemos intentado acceder a los documentos del aeropuerto, del radar, porque sabemos que extraoficialmente hay cantidades enormes de avistamientos que figuran en los reportes como tráfico desconocido. Lo sabemos, pero no hay manera, hasta ahora, de que el mismo aeropuerto colabore con nosotros. Hay bastante reticencia a tratar ese asunto por parte de ellos. Y eso dificulta tremendamente el poder demostrar los casos.

J.M.F. – Después de la oleada OVNI del año 1999, ¿Ha existido  alguna otra época de frecuentes avistamientos que sea digna de mención?

R.M.P. –  Oleada no, pero avistamientos hay siempre, aunque la oleada del 1999 es la mas importante e impactante. Fue muy intensa, y además, en pleno centro de la ciudad. La gente veía OVNIs todo el tiempo.

Pasaban tan frecuentemente que la gente se cansaba de verlos y se iban a sus casas, ya que los avistamientos duraban horas. Tuvimos muchos testimonios, y se lograron realizar filmaciones bastantes buenas, ya que camarógrafos de distintos canales hicieron filmaciones mientras realizaban otros trabajos.            

Algunas de estas grabaciones fueron muy largas. Nosotros tenemos en nuestro poder varias horas de filmación.

J.M.F. – Según vuestra propia experiencia o basándose en los testimonios que os ofrece la gente, ¿qué tipo de descripciones tenéis sobre la morfología de estos seres de otros mundos?

R.M.P. –  Hay muchas descripciones, pero lo genérico es que estos seres tienen un aspecto antropomórfico, con cabeza, tronco y cuatro extremidades.

A nosotros en el instituto esto nos resulta muy interesante, ya que parece arrojar un común denominador de algún tipo entre nosotros y estos seres. Es extraño que ellos, proviniendo de otros mundos, de otras galaxias, o de lugares fuera del universo, cumplan siempre este patrón morfológico tan similar al nuestro.

Recogiendo algunos testimonios de personas que afirman haber visto a estos seres, y además, tomando las leyendas y los mitos, estamos inclinándonos a pensar en el instituto, que existe una relación genética, física, entre los extraterrestres y los humanos.

En la publicación del trabajo que pensamos editar, vamos a proponer que el patrón somático humano o humanoide probablemente ha surgido, no en la Tierra, sino en algún punto de nuestro universo, cualquiera que sea, y probablemente se ha diseminado por el propio universo. Creemos que estos seres han alcanzado la tecnología para viajar, y han diseminado este patrón. Seguramente, nosotros no somos más que una rama de ese patrón.

Por alguna razón hemos olvidado o se ha roto esa conexión, hemos perdido el génesis de nuestra existencia. Tal vez somos una suerte de náufragos espaciales, y al caer en esta isla que es la Tierra hemos olvidado nuestras raíces.

Al igual que en la Tierra existen diferentes razas con el color de la piel, el cabello, y el rostro diferente, también lo será fuera del planeta. Cada planeta tendrá su atmósfera y su condición física, y esto influye lógicamente en los nacimientos de las generaciones para adaptarse al medio del planeta donde están, y van desarrollando sus propias características. Por eso se crea una diferencia. Al igual que sucede incluso dentro de nuestro planeta.

 Pero nos inclinamos a creer, por las evidencias recaudadas, que tenemos un origen común, y sería básico para nosotros descubrir esa historia, ese génesis, ya que ahí estaría la respuesta a muchas incógnitas de la humanidad.

J.M.F. – ¿Qué buscarían estos seres en nuestro planeta? ¿Por qué nos visitan con esa relativa frecuencia?

R.M.P. –  Ese es, en realidad, uno de los temas más controvertidos. Pero tenemos que darnos cuenta que probablemente somos visitados por muchos tipo distintos de seres, y entonces debemos deducir que existirán igualmente distintas intenciones.

Pero aun estando supuestamente emparentados con ellos, vemos que no se acercan del todo. Hay quienes plantean, y pudiera ser cierto, que ahora estamos en un punto de evolución en el que, aunque tenemos muy alta tecnología, somos muy salvajes y primitivos en cuanto al tratamiento entre nosotros mismos.

Entonces es posible que estos visitantes nos consideren, de alguna manera, peligrosos o agresivos. No es que no puedan combatirnos, sino que no tienen necesidad de propiciar un encuentro bélico entre ellos y nosotros. Por eso es posible que se mantengan hasta el momento al margen, para no desatar algún conflicto. Aunque eso sólo lo sabremos el día que podamos conversar con ellos directamente.

También, entre los contactados, hay quienes piensan que lo que sucede es que cada civilización tiene un ritmo evolutivo, y que esos seres no deben intervenir. Pero no obstante, en el IPRI no estamos muy de acuerdo con esa idea, ya que parece cierto que ha habido momentos en los que sí han intervenido. Parece muy probable que hayan existido choques culturales muy cercanos, incluso momentos de intercambios genéticos, como si se hubiera realizado un mestizaje. Por eso habría que analizar los momentos históricos por separado.

J.M.F. – ¿Es usted de la opinión que algún día, existirá por parte de ellos una aparición pública y multitudinaria?

R.M.P. –  Claro. De hecho creo que ya ha ocurrido antes. En el instituto tenemos la impresión de haber rastreado varias veces casos de estos. Así que es probable que suceda de nuevo. Aunque va a depender de que nosotros nos volvamos más civilizados, y seamos capaces de enfrentarnos a un choque cultural de esa magnitud.

Tal vez ellos estén buscando el momento propicio de acercarse sin desbaratar nuestro planeta, sin llevarnos a una guerra.

J.M.F. – Hábleme de los infiltrados…

R.M.P. –  Pudiera ser cierto que existen, pero aun lo considero bastante fantástico. Es verdad que se conoce que en muchos avistamientos o contactos físicos, los extraterrestres han presentado un aspecto muy semejante al nuestro, incluso tan parecido que sería difícil reconocer la diferencia.

Pero hasta ahora solo tenemos la palabra de las personas que han comentado esto. No ha habido pruebas de ningún otro tipo que den credibilidad a un testimonio así. Por eso, en la medida de que no haya nada más que apoye esto, lo considero producto de la fantasía.

J.M.F. – ¿Qué opina de los testimonios de implantes físicos por parte de seres de otros mundos?

R.M.P. –  Fíjate que cuando más casos de implantes se dieron, fue en las épocas de la guerra, donde habían muchas explosiones, etc… Entonces era normal que a la gente se le introdujera en el cuerpo materiales metálicos o de vidrio a través de la piel, a niveles profundos, y quedaran ahí. Y mucho tiempo después, con radiografías, con análisis magnéticos, se descubrían estas partículas, y la gente no sabía por qué estaban en su organismo, atribuyéndolo a implantes de extraterrestres.

Hasta ahora, que yo sepa, no se han encontrado objetos de los que se halla demostrado cabalmente su origen extraterrestre. Hasta el momento, todos los análisis han aclarado que esos objetos son productos químicos y aleaciones totalmente terrestres, totalmente normales.

No descarto la posibilidad del implante extraterrestres, pero no se han mostrado evidencias. Todo pertenece al campo del testimonio de ciertas personas, sin haber nada que lo demuestre.

J.M.F. – ¿Piensa usted que existe actualmente un intercambio de información entre extraterrestres y militares?

R.M.P. –  Yo me inclino a creer que si ha existido un intercambio, no ha sido de cultura a cultura, o de gobierno a gobierno, sino en todo caso, y ésta es la impresión que tenemos en el I.P.R.I., las superpotencias han sabido recoger o rescatar cierta tecnología de los objetos que han capturado. Han podido descifrar parcialmente la tecnología utilizada por ellos.

Pero creo que todavía no se ha dado un intercambio tecnológico como ha sucedido en otras oportunidades del pasado, más directo y completo. Tal vez porque en aquellos momentos, existía una mejor recepción a estos visitantes, de una forma pacífica.

Pero en la actualidad no se da esa circunstancia, ya que no estamos en uno de esos ciclos.

J.M.F. – Según la forma de pensar del IPRI, ¿qué sucedió en Roswell?

R.M.P. – Roswell es un caso muy controvertido, y conforme va pasando el tiempo, aun más.

Existen ciertas sospechas que parecen indicar que se trataba de una serie de experimentos secretos del gobierno Norteamericano. Y que en esos experimentos parece ser que hubo víctimas. Es posible que por no comprometerse en un primer instante, optaran por manifestar que era un platillo volador, pensando que de esa forma la gente se iba a desatender del caso, que se iban a contentar con esa historia.

No pensaban que sería todo lo contrario, que iban a causar más atención sobre el asunto, y que provocaría una mayor investigación. Nosotros en el I.P.R.I., tenemos serias dudas de que se tratara de una nave extraterrestre.

J.M.F. – ¿Nos han ocultado los gobiernos información de los viajes a la luna?

R.M.P. –  Por supuesto. Ahí tenemos las grabaciones de radioaficionados que lograron captar las conversaciones de los tripulantes de los transbordadores.

Incluso, existen vídeos de particulares que han captado las imágenes de lo que graban dichos transbordadores. Son personas aficionadas al tema de la astronáutica, y han tenido el dinero suficiente para comprarse muy buenos equipos de recepción. Y aunque eran personas desligadas de la ufología, han terminado haciendo grabaciones de OVNIs que son realmente sorprendentes, y que son tomadas directamente de los transbordadores.

Cuando vemos esas filmaciones, nos quedamos asombrados, ya que parecen ser totalmente fiables. Veras; yo tengo algo que considero una ventaja. Trabajé varios años en una productora de vídeos, en el área de efectos especiales, y eso me permite tener una mejor apreciación de lo que es fácil de fraguar y lo que no lo es. O qué es lo que implicaría un gasto de miles de millones para ser fraguado.

Por eso se que estas filmaciones de los transbordadores son prácticamente imposibles de falsificar. Probablemente, dentro de diez años será muy fácil, pero en el momento actual es muy difícil. Por eso, hoy día, estos son los vídeos más contundentes para los ufólogos, unas herramientas que podemos usar de argumento verdadero, ya que muestran una actividad OVNI espectacular.

Sólo con salir a la estratosfera encontramos una cantidad de avistamientos extraordinarios. Una vez que se desarticuló la misión de la MIR, y que los astronautas volvieron, a muchos de ellos se les invitó a congresos ufológicos, y muchos han contado cosas impactantes. Han manifestado que veían bastantes OVNIs. Era una cosa continua y cotidiana.

En algunos de los vídeos, se ve a la MIR rodeada de objetos que se desplazan de un sitio a otro. Hay una famosa toma, extraordinaria, del transbordador Atlantis, donde el astronauta está diciendo a los operadores de Houston que está captando un eco, una señal de que algo se está acercando. En esos momentos vuelve la cámara del trasbordador, y ve una luz que se acerca, luego otra, y de repente, como doscientas luces más que se arriman a él.

J.M.F. – Para finalizar, ¿tiene usted alguna relación profesional con su hermano Sixto Paz, y con la Misión Rama?

R.M.P. –  Lo que sucede es que la misión Rama surge dentro del I.P.R.I. Por el año 83/84 tuvimos una serie de conferencias, en las que fueron invitados unos ponentes de otros países que aportaron la novedad del contactismo, que surgía en otros países de Sudamérica.

Eso hizo que una parte de la gente que pertenecía al Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias, se viera interesada en el fenómeno del contactismo. Pero hubo una separación entre ellos y nosotros, porque pensamos que todavía hay mucho que investigar en el asunto del contacto telepático como para ser asumido como una prueba contundente. No lo tomamos como algo válido, sino simplemente como algo que ha brotado del fenómeno OVNI, y que por supuesto debe ser investigado.

Pero nosotros, en el I.P.R.I. sólo lo investigamos, no lo practicamos. Tratamos únicamente de analizar a las personas que dicen haber realizado ese contacto, o sea, a los que se catalogan como contactados.

Entonces, como te decía, sobre el año 1985, se separa la Misión Rama de lo que era el I.P.R.I., y empezamos a funcionar ambos como entidades separadas. Según pasaron los años, las diferencias se hicieron más notorias aun, porque el propósito del instituto es acercar el fenómeno OVNI a la ciencia, a las universidades, mientras que el propósito de la Misión Rama es otro; se perfilaron con intenciones totalmente diferentes. Eran más bien de un trasfondo filosófico, místico, con la intención de comunicar a las personas un mensaje presuntamente obtenido de los seres extraterrestres.

Siempre ha seguido el propósito de convencer a las personas  de la existencia de esos seres, pero no de probar nada científicamente; solo comunicar esta filosofía.

En cambio, nosotros sí queremos al menos colaborar en la búsqueda de pruebas científicas del fenómeno OVNI, para que el asunto forme parte de la ciencia. Ese es nuestro propósito y nuestra meta.