Ramsés Al-Naser

EL HOMBRE QUE LEE LAS SEMILLAS DEL TIEMPO

Una de las ciudades más significativas de la Florida, al sudeste de los Estados Unidos, es Miami, lugar donde confluyen diversas razas de habla hispana. Es el sector norteamericano donde se habla el idioma español por encima del inglés, dada la innumerable presencia de cubanos, argentinos, venezolanos, etc.

Quizá ese aspecto la convierta en zona de multitud de creencias ancestrales, de costumbres milenarias procedentes de Sudamérica y Centroamérica, de tradiciones chamánicas y de rituales mágicos.

En ese marco específicamente mitológico, transcurre el devenir de la vida y profesión de un personaje tocado por la fortuna esotérica, un hombre que ha sabido desarrollar su labor como investigador del cuerpo y de la mente humana con una sobriedad propia de científicos.

Cubano exiliado, el profesor Ramses Al-Naser es parapsicólogo de profesión y profeta de vocación. Su inclinación innata lo ha llevado a resaltar como un personaje único en el campo de la precognición, siendo conocido entre sus contemporáneos como el “Nostradamus de nuestro tiempo”.

Uno de los aspectos más llamativos de Ramses Al-Naser son las demostraciones ante el público, a quién expone sus facultades ante notario. Bajo este sistema, muchos hemos sido testigos de su capacidad de adelantarse al tiempo a través de titulares tan expresivos como:

«Huracán devastador sobre Miami (Andréu)», «Caídas de aviones en el año 1996», «Elección, crisis y juicio a Bill Clinton, así como el fallecimiento de su madre», «Éxito financiero del diario EL MUNDO», «Tregua del gobierno español con E.T.A.», «Invasión a Panamá», «Caída de Gorvachov», «Elección en España de José María Aznar como presidente», «Bomba que estalló en Tel Aviv, en la fiesta del Purin», «Permanencia en el poder de Samper», «Permanencia del presidente Caldera de Venezuela y Zedillo en México», «Entrega del Hebrón a los Palestinos», «Condena de O. J. Simpson», «Accidente espacial de la MIR», «Muerte de la Princesa Diana», terremotos en México, Kioto, Japón; inundaciones, cambios geológicos y actividades volcánicas.

Increíbles predicciones las que este curioso personaje ha podido mostrar a la humanidad, la mayor parte de las veces no sólo con un acompañado éxito, sino también poseyendo una exactitud a la hora de describir los sucesos, que luego coincidían en gran medida con lo que los notarios habían constatado tiempo atrás.

Su hogar es un lugar especial, de eso pude darme cuenta nada más traspasar el umbral de la puerta de entrada, al que se llegaba tras atravesar un pequeño jardín. La casa posee una magia que se palpa en el ambiente, y las figuras de seres mitológicos se esparcen sobre muebles y aparadores.

Un suave olor a incienso hacía más agradable el entorno. Luego me lo confirmaría el desarrollo de nuestra charla, pero ya desde un principio pude observar que la colocación del mobiliario respondía a algún tipo de orden específico, que provocaba una relajada contemplación del lugar y una armonía que sólo los especialistas en Feng Shui saben desarrollar a su alrededor.

Su esposa Dania me indicó que en breves momentos saldría el profesor a recibirme, y mientras tanto comenzamos a hablar de nuestras respectivas ciudades de residencia.

No habría pasado ni cinco minutos cuando Ramsés apareció en escena, portando su espesa barba blanca y una larga melena recogida. Su rostro era realmente amable e inspiraba confianza, mostrando a su vez unos conocimientos que se intuían latentes en el interior de aquel magnífico hombre.

Me indicó que lo siguiera hasta su despacho, donde me mostró su entorno de trabajo, y me enseñó algunos de sus diversos libros publicados. Momentos después salimos a un jardín que se encontraba en la parte posterior de la casa, donde el profesor Ramsés y yo dimos inicio a una interesante conversación en la que descubrí sus comienzos en el mundo del misterio, su desarrollo personal y profesional, así como sus proyectos de futuro.

José Manuel Frías – Hábleme de sus inicios en el mundo del esoterismo, así como la trayectoria que ha seguido hasta nuestros días.

Ramses Al-Naser – Uno empieza en estos temas con la edad en la que se comienza a tener conciencia de las cosas. Pero si te refieres a cuando comencé a manifestar la parte práctica, eso fue cuando tuve los primeros contactos con el mundo de mi familia. Ellos intentaron por todos los medios mantener un ambiente de tolerancia de creencias en nuestro entorno. Y creo que fue un gran logro.

Por lo tanto, me encontré de cerca con un mundo de unas magnitudes increíbles. Mi abuelo era un hombre que a pesar de perder la vista y la movilidad en su ancianidad, tenía una visión interna fabulosa; profetizaba y contaba leyendas y sueños a sus nietos al lado de la cama.

Y mi abuela, que ni siquiera había aprendido a leer y a escribir, tenía una intuición extraordinaria, y un amor inconmensurable. Todo lo rodeaba de sus anécdotas, así que  me vi envuelto en un espacio místico. Y ese fue mi mundo.

Posteriormente, me enteré que un tío mío pertenecía a la Orden de los Rosacruces, y aunque yo nunca milité dentro de esa logia,  estudié todos los parámetros que ella ofrecía. Además, dentro de mi propia casa observaba las prácticas de los Rosacruces entre los amigos de él.

También he ido indagando en diferentes religiones, y he seguido cursos de distintos movimientos religiosos por correspondencia, y religiones protestantes. Fue una etapa de investigación, de estar metido en una sacristía, de aprender del mundo musulmán en sociedades árabes, y de sacar información de mundos místicos hindúes, así como de los libros clásicos típicos de toda persona que se inicia en estos temas.

J.M.F. – ¿De qué manera comienza su aventura americana?

R.A.N. – Estando ya en la Habana estudié Licenciatura en Artes Escénicas, y allí conocí a quien ha sido siempre mi profesor de Yoga. Desde ese momento me introduje en aquellas prácticas, y más adelante fundamos un grupo de métodos de meditación. Fuimos tomando contacto con distintas personas pertenecientes a movimientos Hare Khrisna, así como seguidores de Sai Baba.

Al llegar a Estados Unidos de Norteamérica, ya poseía una trayectoria de conocimientos y formación en el mundo del teatro, debido a mis estudios. Como tenía que tomar un camino, empezamos a hacer los montajes de diferentes obras teatrales.

Más adelante deje apartado este asunto, y me dediqué a fundar un “Centro de Investigaciones de Parapsicología” en Miami. Esto respondía por una parte a necesidades propias de mi ser, y por otra parte  a una serie de cuestiones que estaban en aquel momento latentes, en la década de los ochenta, y que venían a llenar un vacío profesional en la ciudad.

Hicimos nuestros contactos con la prensa, y comenzamos a ofrecer información, así como talleres, conferencias, cursos, seminarios… Todo aquello tuvo una época bastante fuerte, e incluso se llevó a realizar un programa de radio y de televisión al mismo tiempo. Su nombre era “Presagio”, y en el profeticé algo tan importante como el devastador huracán Andréu y su paso por Miami, y que fue anunciado en el Herald.

J.M.F. – ¿Qué fue de aquel Centro de Investigaciones?

R.A.N. –Llegó un momento en el que el “Centro de Investigaciones Parapsicológicas” había cumplido su función, así que decidimos proceder a iniciar una nueva etapa.

Llegamos a la conclusión de que era imprescindible empezar a ocuparse del tema del futuro. Gracias a mi preparación, a mis facultades de viajar astralmente, de tener sueños trascendentes, de prever acontecimientos futuros, de conocer simbologías y máncias, soy capaz de leer las semillas del tiempo, y ofrecer datos del futuro desde al empresario más sencillo, hasta al personaje más importante, y ofrecerles una orientación. Pero una orientación científica, lo más racional posible, aunque sin dejar de lado los elementos que forman parte del desarrollo espiritual.

Así se fundó el “Centro de Investigaciones del Futuro”, y dentro de nuestras posibilidades ofrecemos la mejor orientación para que la gente pueda lograr que sus negocios triunfen, y que sus objetivos y metas puedan llegar a coronarse con éxito y trascender. Esa es nuestra función.

De esa forma hemos acumulado una enorme cantidad de información, que después se utiliza en conferencias y similares, y que son el producto de nuestra investigación, sin ser nada especulativo, sino la experiencia misma que se ha usado para poder dar el ejemplo práctico que se pueda tomar como punto de partida y de llegada.

J.M.F. – Por lo tanto, no existe relación entre el “Centro de Investigaciones de Parapsicología” y el “Centro de Investigaciones del Futuro”…

R.A.N. – Son dos entidades diferentes. Una se dedicaba a investigar fenómenos de origen paranormal de una manera científica, con métodos racionales. Por ejemplo, teníamos casos de posesión, que muchas veces no lo eran, sino que se trataban de histerias, de autismo, de esquizoides. Pero también existían auténticos casos de personas poseídas. Nosotros necesitábamos establecer una larga investigación, que iba desde una hoja clínica, que recogía un perfil y una trayectoria, hasta todos los test posibles.

Si veíamos que esa persona no entraba dentro de nuestros recursos, nosotros le aconsejábamos que se pusiera en manos de un neurólogo, y que posteriormente, ese informe llegara a mis manos, para ponernos manos a la obra. El problema podía ser también psiquiátrico, y le aconsejábamos que fuera a dicho especialista. Aunque también es cierto que esos casos estaban más cerca de mis posibilidades, ya que yo estudié psicología y pedagogía, técnicas de psiquiatría, de control de agresión, etc…

Si era un problema de aura, que tuviera que ver con los campos cromáticos y espectrales, había que hacer una investigación desde el punto de vista incluso hormonal y metabólico, para descartar que no hubiera un problema físico que produjera eso. O sea, nosotros entrábamos a trabajar, una vez que la medicina oficial había hecho su trabajo, o hasta donde ésta podía actuar. Ahí comenzábamos nuestro trabajo.

Entonces ya aplicábamos nuestras técnicas, nuestros consejos, nuestros conocimientos, y a aquellos que nos auxiliaban en diferentes trabajos. A veces necesitábamos la ayuda de médiums, e incluso hacer análisis de los materiales de los que estaban compuestas las casas en las cuales pasaban fenómenos paranormales, una investigación de la historia de la casa y las características psicológicas de sus habitantes.

Pero como te digo, nuestra organización se clausuró, y hoy día solo trabajamos el perfil del “Centro de Investigaciones del Futuro”.

J.M.F. – ¿Qué motivo le impulsó a dejar de mantener activas las investigaciones parapsicológicas?

R.A.N. – Primero, creíamos que ya habíamos conseguido lo que queríamos, que era establecer un criterio racional de credibilidad. No ha existido ni una sola queja, ni una sola demanda contra nuestra institución, durante los años en los que estuvimos funcionando. Y se investigó telérgias, exorcismos, ufología, y todo lo que te puedas imaginar.

Se veía quien mentía y quien decía la verdad. Se viajó a diversos lugares, se acumularon fotos, archivos, sismografías, que posteriormente se ofrecieron a todo aquel que lo necesitara. Nunca buscamos enemigos, y mantuvimos buenas relaciones con todo el mundo.

Segundo, la razón económica. La tecnología avanza demasiado, y necesitas los aparatos necesarios. Y eso es muy caro, sumamente caro.

Y el tercer factor, es que la ciudad donde trabajo, Miami, por mucha repercusión internacional que yo tenga, es un lugar que no acumula tradición, y por lo tanto no acumula estabilidad en cualquier proyecto que inicies. No es una ciudad que tenga consistencia suficiente, ya que la Florida es muy joven. Miami no se ha llegado a convertir en un lugar donde una ciencia de éstas pueda sobrevivir.

Hoy en día existen muchos grupos, cada grupo tiene una tendencia, y cada uno de ellos cree tener la verdad en sus manos, convirtiéndose poco a poco en movimientos de tendencia litúrgicas, e incluso en sectas, existiendo confrontaciones entre unos y otros.

Entonces, continuar en esa línea, era hacernos partícipes un poco de esto, y creo que hicimos bien en cerrar y cumplir históricamente con lo que pudimos realizar. Pero no nos marchamos sin dejar una puerta abierta, y esa puerta es el “Centro de Investigaciones del Futuro”.

J.M.F. – ¿Cómo definiría en breves palabras la función del “Centro de Investigaciones del Futuro”?

R.A.N. – De acuerdo a nuestra visión de ese futuro, es muy importante trabajar en él arduamente, porque es un futuro muy frágil desde todos los puntos de vista. El área nuestra está, no solamente en nuestra investigación o en el trabajo que podemos ofrecer de estrategia a una compañía, sino también advertir de aquellas cosas que pueden suceder, de manera tal que puedan conmutarlo, o al menos que la persona se prepare espiritualmente para resistir lo que se aproxima. Y lo que se aproxima es bien serio.

J.M.F. – Retomando el asunto de la etapa de investigaciones parapsicológicas, ¿se llegaron a hacer públicas las conclusiones de tantos años de experiencias en el mundo de lo paranormal?

R.A.N. – Se publicaron siete libros. El primero de ellos fue «La Oración de Jesús», que fue una investigación neurolingüisticas sobre las primeras comunidades cristianas. Después se publicó otro que se llamaba «Las Alas del Águila», que versaba sobre métodos de sanación, todos ellos basados en la investigación.

Posteriormente presentamos «El Factor Júpiter», que fue un libro de perspectivas del futuro. Más adelante vio la luz «Transfiguraciones» y «El Arquero del Azar», que fue una investigación en torno al azar, la suerte. Constantemente la gente está diciendo «que suerte tiene fulano», «que mala suerte tengo», y en esta obra planteamos como podemos atraer la suerte, si es que existe, así como la influencia del clima, la luna y la naturaleza en el azar.

Después salió mi sistema de cartas, un sistema sufhi,  que se llamaba «El Kabalah», y poco después publicamos «El Oráculo Magno de Ramses», un pequeño libro al cual podías hacer preguntas, y abriéndolo al azar, el libro te respondía con su sabiduría.

También publicamos un C.D. de investigaciones neurolingüisticas sobre los textos del antiguo Egipto y su efecto en los vuelos astrales. Su nombre era «En la Plataforma de Despegue».

Lo más reciente es «El Apocalipsis según Ramses» y “El Ala Perdida del Ángel”, una visión mía sobre los acontecimientos del futuro. Y hoy día está en preparación «El Delfín Verde o la Era de Orión».

J.M.F. – Antes me decía que ustedes trataban el mundo de las profecías y la videncia de una forma científica, ¿cómo es eso posible?

R.A.N. – Eso es fácil a través de la estadística. Si tú quieres, por ejemplo, saber si te va a ir bien en un negocio que quieras iniciar, nosotros vamos, y si el local aun no se ha construido, estudiamos el terreno desde un punto de vista geomagnético.

Después utilizamos el Fen Shui. Si necesitamos un punto de vista espiritual, astral, ectoplasmático, llevamos a un vidente al lugar. Si la persona va a construir, se le da una orientación de la forma que debe llevar, así como de la orientación. Después le indicamos el diseño interior y exterior.

Si la persona lo quiere, hacemos un estudio de compatibilidad entre socios, así como de trabajadores. Aunque yo soy la base fundamental del centro, tengo gran cantidad de colaboradores, y cada uno participa con su especialidad. Por otro lado, nosotros no sólo intuimos un futuro, sino que ayudamos a la persona a modificar el entorno y su interior, para que ese futuro sea mejor.

J.M.F. – ¿De qué manera se presentan ante usted esas facultades extrasensoriales?, ¿Qué método utiliza?

R.A.N. – La mayor parte a través de sueños. Por ejemplo, en el caso del huracán Andréu, tuve una pesadilla idéntica a lo que después sucedió. Aquello fue espantoso. Yo tenía mi programa de radio y televisión, así que lo anuncié, y posteriormente algunos diarios importantes incluyeron la profecía en la que decía, con dos años de antelación «¿Usted está preparado?, Huracán devastador sobre Miami. Las profecías del Profesor Ramses».

Una vez que esas profecías se hacían realidad, me ponía en contacto con los medios de comunicación, se abrían las cartas notariadas, y se veía la veracidad de la predestinación.

J.M.F. – Si usted vivía en Miami en aquel entonces, ¿de qué manera le afectó el huracán?

R.A.N. – A nosotros no nos pasó nada. También tuvimos suerte, porque existen zonas en las que el huracán golpeó con más fuerza. De todas formas, en Miami no nos preparamos contra un solo huracán, sino contra todos, ya que es relativamente frecuente que ocurran esas catástrofes climáticas.

J.M.F. – ¿De qué religión es usted?

R.A.N. – De ninguna. Aunque religión, viene de religar, de unir, y desde ese punto de vista sí soy religioso. Además, creo en Jesús como un maestro. Pero no soy religioso desde el punto de vista de ninguna iglesia o liturgia. Mi relación con Dios es diaria, pero no es impuesta por ninguna religión.

J.M.F. – ¿Qué piensa que hay después de la muerte?

R.A.N. – La verdadera vida. Es un proceso largo. Pero el camino no empieza tras la muerte, sino desde el comienzo de nuestra vida. Existe la ley del Karma, ya que toda acción tiene reacción. La reencarnación es una forma de reciclar las fuerzas que dominan este Universo.

Pero después de muertos, igual volvemos a la vida terrestre, o igual continuamos avanzando por niveles espirituales. Los Universos que nosotros habitamos están regidos por fuerzas Demiúrgicas, que son los que iniciaron la creación. Dios no participó en la creación, aunque fue una manera de justificar el antiguo testamento.

J.M.F. – ¿Cuál es el destino del ser humano?, ¿Porqué estamos aquí?

R.A.N. – Aquí no hay ningún destino, el destino es volver a Dios. Pero el mundo es un manicomio sideral.

J.M.F. – Veo que no considera a Satanás como una alegoría, sino como un ser real.

R.A.N. – Claro que sí.  Además, en la Biblia vemos que él inició la creación. Eso está en el Génesis, solo que mal escrito y mal interpretado. El Pentateuco es una especie de trampa de una cultura, que hasta ahora pretende dominar el mundo, y que está en estos momentos en su punto álgido del gobierno mundial.

El Génesis comienza en su tradición original con «…el mundo fue creado por Elohines…», y elohines son Dioses y no un solo Dios. Además, Jesús define a Satanás como el príncipe de este mundo. Luego están los apócrifos, donde encontramos datos certeros de la creación del Universo. Satanás tiene su libre albedrío, y también su tiempo determinado.

J.M.F. – ¿Cree por lo tanto en los ángeles?

R.A.N. – Depende de que cultura me hables. Si me hablas de los asirios y los babilonios, te diría que los llamados querubines, principados y potestades son entidades, dioses, que no tienen nada que ver con un mundo angélico. Ahora bien, el mundo angélico existe, pero no como una burocracia, no como una jerarquía burocrática, ni son tampoco los príncipes de la Kabalah de una cultura determinada.

El concepto «ángel» del griego, es un mensajero, no tiene nada que ver con el concepto religioso. Además, tú puedes ser un ángel. Si alguien me recoge de la calle después de una caída, ese es mi ángel. Mis pensamientos son mis ángeles, pero yo puedo convertirlos en angelicales o en demoníacos.

J.M.F. – ¿Qué opinión le merece Nostradamus?

R.A.N. – Lo respeto mucho y creo que fue un visionario real. Conocía mucho de historia, y cuando mueves la historia dinámicamente, puedes ver el futuro a través de ella. Pero no se han interpretado bien sus profecías. Ha sido un desastre lo que han hecho los intérpretes. Cualquiera se acomoda y dice ser experto en profecías de Nostradamus.

J.M.F. – ¿Cuáles son sus metas más próximas?

R.A.N. – Estoy buscando en estos momentos acercarme más a Dios, y vencerme a mí mismo. Tratar de dar conferencias que puedan ayudar a las personas, en la medida de lo posible, a sostener las cosas malas que vienen, a superarlas. Las cosas van a venir, de eso no cabe duda, por eso hay que ayudar a la gente a que se espiritualice. Y esa es parte de mi meta más próxima. Ese es mi proyecto.

Y por supuesto, tener la oportunidad de que la luz primordial me guíe, para que los obstáculos de las tinieblas no entorpezcan. Aparte de eso «un pedacito de tierra, y doce ovejitas».