El programa se llamaba «Cuentos y cantos», y se emitía en una cadena de República Dominicana. En él se alternaban actuaciones de cantantes y de humoristas. El presentador, haciéndose el gracioso, me pidió que contara un chiste. Le dije que lo haría si el humorista que actuaba aquel día cantaba una canción. Pilló la indirecta. Y salí a cantar «Una sola piel».