República Dominicana. Año 2002. Cuando supe de un buque encallado en la costa, el Amstrong, «equipado» con un capitán fantasma que, en ocasiones, se paseaba por la cubierta, aterrando a los pescadores, no dudé en sumergirme en la historia, en bucear en su pasado. Vamos… que tuve que practicar submarinismo. Pero como dicen que en el fondo soy buena gente, pues…